En esta ocasión entraron en concurso las obras de la III y IV edición.

Autor: Santiago Lobo

Inauguración: 3 de Agosto de 2007

La obra final es un reclamo, el paisaje es un sueño, como si la propia naturaleza (río) reivindicara su importancia en un entorno urbano.
Las palabras aparecen “escritas” en la superficie del agua como si emergieran de la profundidad.
Quizás lo más interesante del proyecto es que esas palabras cobran vida apareciendo y desapareciendo a la vista del espectador según sea el caudal del río y el grado de opacidad del color ferruginoso del agua.
Si el caudal  aumenta, las letras desaparecerán y quedarán sumergidas y si disminuye, las letras  saldrán a la superficie;
De este modo será el agua quién decida su propia existencia.
La existencia de sus palabras.

- Elisabeth Cano Malagón, Montefrío, Granada

La obra se compone de dos partes, situadas a ambos lados del ca­mino del boulevard, su idea con­siste en representar la idea del descanso en contraposición al estrés y el cansancio laboral. Usando para ello dos iconos fá­cilmente reconocibles, como son la hamaca y la actitud rela­jada del personaje relajado. Consta de una parte en hierro que representa una hamaca donde el espectador puede rela­jarse y contemplar el entorno junto con la segunda parte de la obra: la figura humana a modo de abstracción que invita al des­canso, realizada en hormigón armado pigmentado. La reduc­ción de la forma de la figura humana tiene como objetivo abrir la mente del espectador para no crear ningún prototipo establecido, sino dejar rienda suelta a los pensamientos.

- Elena Guardia Martí­nez, Albolote, Granada

Su proyecto consiste en transfor­mar un objeto cotidiano en es­cultura, para ubicarlo en el pa­seo junto a orillas del río y acen­tuar esa zona como lugar intimista y de reflexión. El objeto escogido es una silla de enea, que está proyectada para ser construida en bronce a gran es­cala, y que quedará integrada con el entorno. El título de la obra “Ser, estar, sentir”, se con­vierte en las premisas del pro­yecto. La obra pretende ser un elemento de atención que em­plea la escultura como medio y que invita al espectador a dete­nerse en ese punto del paseo para contemplar, sentir y cono­cerse como individuo.

Esta obra recibió una mención especial.

- Silvia Jiménez Este­ban, Málaga.

Plantea un reco­rrido a través de las tres edades del hombre. Usando como em­plazamiento el boulevard, distri­buyendo tres planchas de hierro de diferentes medidas en la par­te donde el camino central se curva.

El recorrido comienza por el parque infantil, con la plancha más pequeña que representa la silueta de uno de los elementos del origen de la vida. Es el prin­cipio del camino, del viaje, que prosigue con la siguiente plan­cha, de mayor tamaño y que re­presenta la capacidad de pensa­miento en la edad madura.

El viaje avanza hasta en­contramos la última plancha que contiene un reloj de arena, representa el paso del tiempo, la capacidad de envejecer de las personas y los materiales. Se dignifican las tres edades del hombre, las tres igual de impor­tantes, es un homenaje al hom­bre y al paso del tiempo median­te el óxido.

- Paula Ruiz Díaz, Sevi­lla.

Intenta crear un espacio que invite a la reflexión desde un punto de vista distinto, sobre un elemento del que ya todos tie­nen un pensamiento preconce­bido: el olivo. Está proyectada para ser construida en hierro, formando una especie de recep­táculo que integra al espectador como una parte más de la obra.